Tesla vivió una carrera obsesionado por sus inventos y por crear la Torre de Wardenclyffe. Sin embargo, a los 86 años fue encontrado muerto en una pieza de un hotel en Nueva York.
Abandonado y casi sin dinero, dedicó su vida entera a satisfacer sus inquietudes científicas, presionado por un “mercado inventor” creciente, por millones de dólares de las empresas eléctricas y finalmente no vivió para ver su principal sueño convertido en realidad. Una de las virtudes de este inventor, y lo que actualmente es uno de los grandes problemas para sus creaciones, es que poseía una memoria fotográfica y una mente brillante, lo que le permitía diseñar y crear cada uno de sus proyectos sin esquemas de por medio, logrando visualizar cada parte de manera muy específica, todo dentro de su mente.
Por este mismo motivo Tesla no logró patentar muchas de sus creaciones, lo que se plantea como un verdadero desafío para quienes quieren reavivar la Torre de Tesla y la posibilidad de una energía gratis y limpia para todos.